Tenemos la carne, la alegoría de la maldad humana hecha película

El cineasta mexicano Emiliano Rocha Minter ha creado una película con un estilo diferente. Un guion que apuesta por lo visceral, el susurro en el diálogo, con fuerte cargas sexuales que atacan al espectador para enfrentarlo con su lado más oscuro.

Se trata de un thriller de terror sin tapujo alguno dentro de un ambiente post-apocalíptico, el cual les obligará a luchar por sobrevivir. La trama es algo sencilla en cuanto a la presentación exterior, esto es, dos hermanos que caminan sin rumbo por la ciudad en ruinas para encontrar algo de alimento y refugio. Al entrar en uno de los edificio que todavía quedan en pie, se topan con un extraño que les hará una propuesta siniestra cargada de sangre.

El propio director nos aclara que pretender ofrecernos «una isla en medio de la noche donde todavía es posible soñar». Un imaginario, pues, sin censura ni control, realizado por una generación joven sin límites en el diseño. No obstante, El País, en su sección sobre «Lo que hay que leer», Andres Domínguez, tilda a la cinta de incomprendida y no bien recibida entre los asistentes en la presentación del Festival de Sitges.

Parece ser, por los comentarios de los asistentes, que marcó record absoluto de huida en sala.

 «Madre mía TENEMOS LA CARNE es desquiciadísika, explícita, cerda, surrealista…llamadme enfermo, pero le daba mejor dirección» @aullidoslive en Twitter.

Yo, sin embargo, ardo en deseos de verla. Llamadme loca, pero deseo conocer esa metáfora interior que nos hace reflexionar sobre muestro lado más oscuro, ese que está habitado por personajes sin ataduras morales. Ese edificio sería la mente de cada uno de nosotros, la creación de todo lo humano. El útero que transforma la nada en vida de una forma bizarra e intelectual, lejos de los panteamientos o temas comunes.

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https://iffr.com/en/2016/films/tenemos-la-carne

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